Hagamos que importe: Construir un mundo STEAM para nuestras niñas y jóvenes.

Por Equipo de Comunicación, The Electric Academy.  // Tiempo de lectura: 3 minutos.

Escribir sobre la relación entre las niñas y jóvenes y la ciencia y tecnología, siempre es motivo de preocupación. Tanto en Uruguay como en el mundo, la brecha de género es muy importante en el sector de las ciencias y muy especialmente el de las tecnologías de la información, y, por más que se multiplican las voces, consignas y programas, no estamos logrando progresos significativos hacia la equidad en estas áreas.

Esto representa un enorme desafío porque la tecnología está re-configurando la fisonomía de nuestro mercado de empleo. Prácticamente todos los trabajos tienen ahora un componente digital, por lo que las tecnologías de la información tienen un gran potencial de desarrollo y creación de puestos de trabajo para aquellos que se preparan. 

En Uruguay sigue siendo un sector de la economía nacional con nulo nivel de desocupación y permanentemente absorbe los profesionales y técnicos que se van formando y, aún así, las empresas tecnológicas necesitan contratar trabajadores en el exterior para cumplir sus objetivos de producción y ventas.

Sin embargo, a pesar de la dimensión de la oportunidad ante la que nos encontramos, son todavía pocas las mujeres que están trabajando en tecnologías de información. Por múltiples razones (económicas, sociales, culturales, psico-emocionales), las mujeres uruguayas no eligen estudiar o trabajar en esta área, al punto tal que sólo el 24% de las estudiantes mujeres ingresan a carreras tecnológicas. Todos los relevamientos de organismos e instituciones confirman la visión generalizada: la brecha de género es todo un problema en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, en nuestro país y el mundo.

Según datos de la CUTI -Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información- al año 2019, en Uruguay hay aproximadamente 12.000 trabajadores que se desempeñan en más de 350 empresas tecnológicas (relevadas), pero sólo el 33% de esos trabajadores son mujeres.

Adicionalmente, muchas de estas mujeres no se encuentran trabajando en posiciones técnicas, sino en áreas de servicio transversal de las compañías (administración, recursos, humanos, comunicación, negocios), lo que agrava el escenario. Si consideramos únicamente a mujeres en posiciones técnicas, la cifra apenas si alcanza al 20% de la industria.

Si nos vamos al análisis de la situación académica nacional, los números no parecen ser más alentadores: tanto en Bachillerato como en Universidad, la presencia de mujeres en orientaciones vinculadas a STEM es significativamente menor a la de los hombres.

Según información reciente relevada por la ANII -Agencia Nacional de Innovación e Investigación-, la presencia femenina apenas supera el 14% en los grados superiores y jerárquicos de la carrera científica-académica.

Ellas también lideran. Nuestras chicas asumiendo el protagonismo y conduciendo los experimentos en durante el SummerCamp 2020.

A nivel global las mujeres también se encuentran en desventaja frente a los hombres en igualdad de derechos y oportunidades en cuanto a participación y acceso a empleo en estas áreas. Según el reciente informe de UNESCO Cracking the Code (2017), las razones que abonan esta brecha son múltiples. No obstante, hay unas que parecen ser muy relevantes: la psico- emocionales.

Así, se destaca que la autopercepción es la razón más importante por la cual las niñas no optan por STEM, y esta decisión parece estar fuertemente fundamentada en el proceso de socialización y en estereotipos de roles de género acerca de ciencias y tecnología.

En este sentido, de un reciente estudio de Microsoft emerge que el 72% de las niñas dicen que es importante para ellas tener un trabajo que ayude de forma directa al mundo y el 91% se describe a sí misma como creativa, pero solo el 37% dice creer que los trabajos asociados a STEM pueden ser creativos o ayudar al mundo. Es decir, no estamos logrando que las niñas vean el potencial que estas áreas de saber tienen para empoderarlas y transformarles en agentes de cambio para sus entornos.

Las diferencias de género en la participación de niñas en educación STEM comienzan desde el preescolar en juegos relacionados a ciencias y matemáticas y se hace más visible en niveles educativos más altos. Las niñas parecen ir perdiendo el interés en materias de estas áreas a medida que crecen, particularmente entre la temprana y tardía adolescencia lo que repercute en sus elecciones de orientación educativa.

Todos estos números deben preocuparnos y ocuparnos. En una sociedad cuya dialéctica se centra en las conquistas de derechos y los avances sociales, continuamos permitiendo que las niñas tengan cinco veces menos oportunidades que los niños de aprender y acceder a empleos en áreas de conocimiento que representan el futuro de nuestras economías.

Este 2020, nos encontrará nuevamente con la oportunidad de cambiar estas realidades, de trabajar desde nuestros micro universos para hacer que la equidad salga de los carteles y los posteos de redes sociales, y se transforme en una realidad para estas niñas y jóvenes. Y en ese camino estamos con The Electric Academy.

Durante el 2019, nuestros programas no escaparon al contexto generalizado: menos del 20% de nuestros participantes fueron niñas y jóvenes, algo inaceptable para nuestra visión. Por eso, este 2020 nos encuentra lanzando nuestra iniciativa GEMAS (Girls in Engineering, Math, Arts and Science), un programa que tiene muchos componentes y que busca en un plazo de 5 años, alcanzar una cierta equidad en los niveles de matriculación, participación y graduación de niñas en actividades STEAM impulsadas por nuestra Institución.

Nuestras GEMAS: Las chicas cada día asisten en mayor cantidad a nuestras actividades, asumiendo el protagonismo.

Los resultados de GEMAS ya se pueden ver, y comienzan por nosotros mismos: el 40% de nuestro Staff son mujeres, mientras que la mitad de nuestros puestos de responsabilidad, tienen a una mujer como referente. Naturalmente debemos profundizar el trabajo, pero es un comienzo alentador, ya que habla de nuestro compromiso con proporcionar a niñas y jóvenes referentes femeninas en organizaciones dedicadas a la innovación y la tecnología.

Un segundo paso ya está dado: durante 2020, estaremos entregando la mitad de las becas a contextos de vulnerabilidad a niñas y jóvenes. Hablamos de unos 50 lugares en programas anuales de aprendizaje STEAM, lo que seguramente impulsará al menos al doble la participación de niñas y jóvenes en nuestras actividades en relación con el año anterior.

También hemos avanzado en la constitución de un Board de Mujeres referentes en Ciencia y Tecnología, que nos ayudará a implementar programas de trabajo con mayor profundidad en la visión de género, y proporcionará referentes a estas niñas, para que vean que hay otros caminos para poder dejar impacto.

Sin dudas no es suficiente; tenemos y queremos que hacer más. Pero el primer paso es comprometerse con modificar una situación que se ha perpetuado por demasiado tiempo. Es clave el compromiso de todos, de las empresas, de las organizaciones de la sociedad civil, de las instituciones educativas, de los gobiernos, pero, sobre todo, de nosotros.

Cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar la realidad. Usemos ese poder para hacer un cambio que importe.

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