¿Cómo educamos para el futuro? Reflexiones sobre la Electric People.

Por Equipo de Comunicación, The Electric Academy.  // Tiempo de lectura: 4 minutos.

En el futuro, la automatización afectará nuestros trabajos y la inteligencia artificial intentará hackear nuestros cerebros, y todo ello pasará, probablemente, más pronto de lo que creemos.

Estamos en un momento de cambios acelerados, y cada día que pasa, se hace más evidente que necesitaremos nuevas habilidades para crear valor en un entorno que se ha modificado dramáticamente.

Para poder prosperar en este nuevo entorno, será imprescindible desarrollar la capacidad de aprender continuamente, desbloquear nuestro potencial creativo y convertirnos en colaboradores valiosos a la hora de encarar el trabajo en equipo.

Lo que queremos decir, es que necesitamos atender al desarrollo de un nuevo set de habilidades para tener éxito en el siglo XXI.

Pero, ¿cuáles son las características y habilidades que serán necesarias? ¿Qué elementos definen el perfil que debemos buscar desarrollar en los más chicos? Bueno, para empezar, podríamos buscar soñadores que cambien el mundo.

En nuestra visión, el futuro necesitará de personas curiosas y creativas, que se preguntan cómo funcionan las cosas en el universo, no tengan miedo de cuestionar esas respuestas, y estén buscando permanentemente nuevas formas de hacer las cosas, mejor, más rápido, más económicamente, con más impacto. El futuro necesitará a la “electric people”.

Ahora, para poder entender mejor esta idea, es bueno comenzar con algunas preguntas y caracterizar a estas personas eléctricas. ¿Son personas especiales? ¿Todos podemos ser eléctricos? ¿Qué características fundamentales los diferencian de los demás?

Comencemos por algunas respuestas que nos pueden dar más claridad. Todos somos eléctricos, naturalmente no todos lo somos de la misma manera, ni lo manifestamos a través de las mismas pasiones. Somos eléctricamente únicos y maravillosos.

Niños eléctricos, viviendo su aventura creativa al máximo, en The Electric Academy.

Señálenos una niña, un niño o un joven sin sueños, sin preguntas, sin aventuras imaginarias y desafíos que resolver cada día. Una pequeña o un pequeño que no sienta la necesidad intrínseca de explorar el universo, de descubrir hasta dónde puede llegar. Todos nacemos con la electricidad dentro nuestro, con la inquietud, la actitud poco conformista, soñando nuevas ideas, creando planes para llevarlas adelante y dispuestos a pelear hasta irracionalmente por defenderlas.

Quizás nuestras rutinas y la ayuda de ciertos actores relevantes en nuestros procesos de construcción como personas (como el sistema de educación formal, por ejemplo), nos van progresivamente “desenchufando” de nuestras fuentes de energía, de aquello que nos hace vibrar. Pero hay una cuestión que es clara: todos nacemos siendo parte de este grupo tan especial que es la electric people. No se trata de un don divino.

Sin embargo, es un desafío enorme continuar conectado durante nuestra vida a esta forma de encarar los desafíos que ésta nos presenta. En palabras de Picasso “todos los niños nacen artistas, lo difícil es seguir siendo un artista cuando crecemos”.

Creemos que las personas eléctricas que serán protagonistas del futuro tienen una serie de ejes de habilidades características, que son las que debemos identificar y ayudar a desarrollar para que puedan alcanzar su mejor versión personal y permanezcan siendo esas fuerzas creativas y transformadoras que acaban reconfigurando el entorno.

Esas características, que en tempranas edades vemos desarrollar con tanta naturalidad y en tan diversos espacios, deben ser entrenadas para que cada una de ellas pueda aprovecharse en el marco de un proceso de decodificación e interpretación del entorno, que realmente habilite a nuestros lifehackers, a construir soluciones relevantes y con auténtico impacto una vez que van creciendo.

En nuestra visión, la electric people está caracterizada por las siguientes habilidades: creatividad, sensibilidad, colaboración, comunicación, interpretación y abstracción, capacidad de construir soluciones y capacidad de administrar los procesos y energías creativas.

Creatividad.

Es la habilidad de integrar competencias artísticas y de la percepción para agregar capas de significado a la funcionalidad de los objetos y creaciones, a través de las herramientas de diseño, el arte y la narración de historias.

El proceso de desarrollo creativo en el que esta habilidad se pone en juego, se compone de cinco momentos, cada uno de los cuales implica la puesta en práctica de diversas competencias, que se evidencian en el nivel de capacidad que demuestra cada aprendiz de desarrollar ciertas acciones o del nivel de desarrollo que evidencian ciertas actitudes frente a la tarea.

Sensibilidad.

Es la habilidad de dotar de significado comunitario y global a todas las acciones, proyectos y relaciones de un individuo, estableciendo un sentido de pertenencia comunitaria, consciencia y respeto hacia el otro, las instituciones y el medio ambiente.

La manifestación de esta característica se puede dar sobre diversos ejes, y está presente en varios momentos del proceso creativo y de desarrollo de soluciones. Su aparición puede estar vinculada a la responsabilidad personal, a su conciencia ciudadana y sentido de la responsabilidad social, a su conciencia sobre el impacto ambiental de sus acciones, o a su vocación y voluntad de servir desinteresadamente.

Colaboración.

En la habilidad de trabajar cooperativamente en equipos, tanto presenciales como virtuales, interpretando roles diversos según resulte necesario para la tarea, con el objetivo de crear soluciones originales a los desafíos propuestos.

Esta característica se evidencia en el establecimiento de pautas claras, roles y responsabilidades, la capacidad de visualizar y comunicar lo que se espera de cada miembro de su equipo, y el estructurar planes de trabajo adecuados y cumplirlos, ejecutando su papel con compromiso y foco para la consecución del objetivo global que el equipo se propuso.

Comunicación.

Es la habilidad de interpretar inconscientemente los mensajes contenidos en diversos soportes, así como de traducir ideas y conceptos en mensajes que resulten fácilmente decodificables por terceros.

Esta habilidad se manifiesta especialmente en la capacidad de preguntar asertivamente, identificar la información relevante, organizarla y analizarla con objetividad y rigor metodológico, y aplicar esa información, comunicando con claridad las ideas y las necesidades a otros.

Interpretación & abstracción.

Es la habilidad de interpretar inconsciente e intuitivamente la información en todas sus formas y soportes, para extraer el conocimiento esencial y las ideas clave detrás de la misma.

Persigue la identificación de lo esencial de un fenómeno, eliminando la complejidad innecesaria para su comprensión y facilitando la construcción de modelos que faciliten la creación de soluciones a los desafíos que presenta el entorno.

Capacidad de construir soluciones.

Es la habilidad de pensar creativamente para solucionar desafíos relevantes en tiempo real, definiendo con claridad el problema, diseñando la solución apropiada, entregando y presentando la solución a terceros involucrados y evaluando el proceso y sus resultados.

El adecuado desarrollo de esta habilidad requiere de la incorporación de framework de trabajo que proporcione un formato o proceso al ejercicio creativo, de modo de poder enfocar este a la construcción de soluciones viables y sustentables tanto técnica, social, como financieramente.

Capacidad de administrar los procesos & energías creativas.

Es la habilidad de administrar el proceso de trabajo creativo, sus tiempos, sus recursos y sus emergentes, de modo de cumplir con los niveles de delivery comprometidos, sin sobrecargar las estructuras de trabajo ni generar climas hostiles para el desarrollo de la creatividad y la innovación.

Como reza la máxima popular, “la potencia sin control, no sirve de nada”, necesitamos que nuestros life hackers sean conscientes y responsables por el proceso, no sólo que sean grandes creativos. Necesitamos “doers”, que implementan, y que efectivamente tiene la capacidad de hacer que sus creaciones lleguen a la realidad.

Esta caracterización es singularmente importante cuando pensamos la educación que nuestras niñas, niños y jóvenes deberían estar recibiendo para ser protagonistas del futuro.

Como señala Yuval Noah Harari, necesitamos pensar una educación diferente, alineada con una era en la que no es necesario preocuparnos por conseguir información, sino por generar la capacidad de analizar críticamente esa información, y dotarla de sentido en un mar enorme de datos irrelevantes.

Lo más importante será lidiar con el cambio, tener la capacidad y apertura para aprender cosas nuevas de forma permanente, y preservar el equilibrio mental en entornos de incertidumbre, lo que nos obliga a pensar en un nuevo perfil de habilidades a la hora de construir nuestros programas, un perfil más fluido, más orgánico a los nuevos desafíos y, en definitiva, mucho, mucho más eléctrico.

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